Hay muchas palabras que aparecen en mi cabeza en momentos inesperados. Para esas palabras, para aquellas que no pueden salir de mi garganta, esta este blog.
jueves, 7 de octubre de 2010
Realidad
Olfateo el aire pero el olor penetra por mi nariz insensible a él. Miro a mi alrededor y descubro un mundo frio, mi piel insensible no siente el dolor y mis ojos acostumbrados a la oscuridad no reflejan la tenue luz que aun brilla en este planeta. Camino entre escombros, un pie detras de otro, pisando las ruinas de lo que un dia fue mi vida, sueños en pedazos, ilusiones, esperanzas, nada queda dentro de mi, en mi pecho simplemente suena un latido acompasado e inmutable. Humo, llamas y destruccion, el mundo se acaba y yo sentada sobre los cachitos de lo que hace mucho, fue mi futuro, observo con ojos apagados como los hombres se destruyen, se matan unos a otros arrancando de sus cuerpos humanos todo rastro de razon y cordura, sus risas dementes y desesperanzadas resuenan recorriendo el cielo negro, los cuervos danzan y en sus graznidos se adivina el final, como campanadas van sonando, uno a uno hasta ellos caen muertos. Alzo mi mirada a el cielo, contemplo el infinito que nunca debimos conocer, cierro los ojos permito que el tiempo desgarre mi piel, agrietandola. Hubo un tiempo en el que luché, en el que me defendí de lo inevitable en el que sangré por heridas que no cambiaron nada y marqué en mi piel cicatrices inborrables, momentos en los que las lagrimas rodaron hasta el suelo, en el que los gritos hicieron temblar el mundo salidos de mi garganta. Pero nada funciono, solo conseguí cansarme, arrancar de mi un poquito mas de energia, perder con cada golpe fallido un pedazo mas de esperanza que caia de mi corazon, destrozandose contra el suelo. Nada quedaba ya, vacía como estaba solo podía limitarme a contemplar como poco a poco todo se reducía a cenizas y mas tarde a polvo, como mi propia piel se oscurecía hasta quedar convertida en nada... Un ultimo sentimiento latió dentro de mi, una tristeza profunda, tan honda que inundaba mi cuerpo y me hizo pensar de nuevo... -Adios... tierra, madre... lo siento...
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