Hasta que la noche llegue... entonces no habrá más, la dulzura se tornará ácido en mis palabras, el calor en hielo. El brillo no será más acogedor, mis ojos revelarán el dolor y el odio sentido. El verdadero lobo aullará libertad y romperá con cualquier sentimiento. Yo seré de nuevo salvaje y asilvestrada. Cuando la noche llegue, las cadenas tintinearan en la oscuridad y las garras libres arañaran el suelo en su carrera contra el día.
Seré... seré yo de nuevo, dejaré de sentir la confusión al mirarte, dejaré de fingir y por una vez el daño no me importará. Correrá el animal en la noche, se revolcará y dejará que el frío muerda su piel. Cuando la noche llegue... nadie quedará para sujetar la cadena que me ataba.
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