Nunca he sabido como comenzar una carta, no se si esto es una despedida, un buenas noches o simplemente una neurona mal conectada. Después de tantos meses tengo unos días para reflexionar y pensar hacia donde va mi vida. Y me doy cuenta de que poco a poco he convertido en imprescindibles más cosas de las que debería. El sueño, tú, la alegría...
Te contaré un secreto, hace mucho que no recuerdo mi técnica para vivir.
He dejado de echar de menos la noche, supongo que salir el domingo me vendrá bien...
No sé cómo sacar todas estas cosas de mi alma. Ahora he aprendido demasiado, me he enamorado hasta el último pelo de alguien que no me ama igual...
Hasta ahora me mantenía a su lado gracias a mentiras que me decía a mi misma. "Me quedaré hasta que no tenga nada más que enseñarme". Pero Dios, siempre hay cosas que aprender.
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